Para empezar sería bueno decir las patologías del pie suelen aparecer por llevar un mal calzado (muy apretado, mala sujeción, mal diseño, etc) y también por sobrepeso o por la edad. Aquí trataremos tres patologías de consulta habitual u que suelen ocasionar molestia suficiente para afectarnos en nuestro día a día.
En primer lugar podemos hablar de las ampollas. Suelen estar provocadas por fricción o presión, habitualmente en los pies pero pueden aparecer en las manos también por la realización de trabajos manuales sin la debida protección. En los pies aparecen habitualmente por el uso de un calzado nuevo o de uso esporádico que roza en alguna parte, y no lo solemos notar hasta que se ha producido una irritación que lleva en poco tiempo a las ampollas, si no se pone remedio antes. En este caso lo mejor es prevenir su aparición, cambiando el zapato o aplicando algún producto para eliminar el roce en la piel. En caso que ya haya aparecido lo mejor es dejar que se cure, intentando no tocarla, que no reciba golpes ni roces.
En segundo lugar están los callos y callosidades, que se producen por roce con el zapato pero en la zona más cercana al hueso. Se evitan usando un zapato bien ajustado o plantillas adecuadas. Si ya han aparecido se debe ir frotando con una piedra pómez en la ducha (o con una toalla) para ir reduciendo su tamaño, consultando al médico si se es diabético.
En tercer y último lugar están los juanetes. Empecemos diciendo que el juanete aparece antes de que lo notes por el dolor. Justamente cuando ves que el dedo gordo del pie se apoya en el segundo dedo, en lugar de mirar adelante. Esto provoca un proceso progresivo con cambios en la masa ósea en forma de protuberancia que a la larga produce dolor. Es decir, los síntomas aparecen cuando ya está avanzado. Aunque no son hereditarios, el pie puede haber heredado la predisposición a desarrollar un juanete, acelerándose con el uso e un zapato que apriete los dedos. Se trata con varias técnicas no quirúrgicas como almohadillas, cambio de calzado, medicación, cambio de actividades, etc. En último lugar está la operación.
Para no extendernos en exceso, estas son algunas pinceladas de algunas patologías del pie. Contactad con nosotros o con el médico si existen dudas, ¡y cuidad de vuestros pies!