Para hacer un resumen, el sol nos afecta de tres modos: nos quema, envejece prematuramente la piel y causa enfermedades como los melanomas. Esto ocurre todos los días del año, aunque es cierto que en verano se notan más sus efectos ya que su intensidad es mayor. El único modo de evitar que nos afecte tan negativamente es evitar su exposición, aunque es muy difícil en nuestro entorno. De modo que cuando nos exponemos al sol debemos protegernos.
En ese sentido hay muchos productos fotoprotectores que se adaptan a cada necesidad. Es de sobra conocido que existen galénicas pensadas para la cara, cara y cuerpo, en spray, para niños, etc. Un asesoramento en la farmacia es ideal para escoger el que mejor se adapte a lo que quieres.
Pero en cambio no es tan conocido lo que hay que buscar en un producto de fotoprotección para conocer su calidad: casi todos son UVA/UVB, pero no pasan de aquí. Algunos, como la marca Heliocare, ofrecen también protección contra los rayos IR, menos penetrantes que los UV pero también dañinos. Otros, como algunos faciales de Isdin, ofrecen una textura aquosa que da la sensación de que no llevas nada. Algunos llevan también algún efecto extra, aparte de la fotoprotección, como un efecto antioxidante o antiarrugas. Lo que si que es cierto es que, como mínimo, se debería exigir sin dudarlo que tengan algún certificado que garantice que sea biodegradable y que no dañe el medio natural o marino. A partir de aquí, usarlo generosa y frecuentemente ¡y a disfrutar del verano!
