Después de las vacaciones hacemos un repaso de cómo nos ha ido y podemos observar un aumento de peso.

Esto nos provoca un estado de alarma y lo primero que pensamos es: “Qué engorro otra vez a dieta”.

Ponernos a dieta no tiene por qué ser un sacrificio sino una oportunidad de mejorar la calidad de nuestra alimentación, pero eso siempre tiene que ir acompañada de un nutricionista, el cual nos aconsejará un plan adaptado a nuestras necesidades y costumbres.

Aun así puede que al principio nos cueste un poco bajar de peso. Cuando eso pasa nos podemos apoyar en los suplementos nutricionales. Por ejemplo el Libramed.

Este suplemento favorece la pérdida saludable de peso sobre todo cuando se acumula a nivel abdominal.

Actúa formando un gel en el estómago que provoca que absorbamos las grasas y los hidratos de carbono de forma lenta evitando el pico de glucosa, la acumulación de depósito de grasa y contribuye a sentirnos saciados antes.

 Al ralentizar la absorción de lo que comemos favorece la estimulación de la quema de grasas para que el cuerpo obtenga energía por lo que tendremos una pérdida de peso asegurada, siempre combinado con una buena alimentación.

Se recomienda tomarlo junto a las comidas principales.

También después de vacaciones podemos hacer un détox, es decir, una limpieza de nuestros órganos.

Con los excesos de verano podemos notar que retenemos más líquido, que las digestiones se vuelven pesadas y que estamos más fatigados.

Hacer una detoxificación del cuerpo dos veces al año favorece que eliminemos el exceso de toxinas que hemos acumulado. Notaremos que no retenemos tanto líquido, las digestiones mejoran, estamos más activos e incluso nuestro estado de ánimo puede cambiar a mejor.

Un producto que nos ayuda es el Kit détox de Heel. Se trata de 3 productos que nos estimulan la depuración del hígado para mejorar las digestiones, la linfa para movilizar la retención de líquidos y estimula su eliminación renal por lo que tenemos todos los órganos limpiando y eliminando toxinas.